¿A quién no le agrada escuchar un óptimo chiste (o un chiste malo pero divertido)? Estos nos asisten a pasar un largo tiempo en familia distribuyendo risas. Reírnos día tras días debe ser una sección primordial de la vida diaria, y los padres debemos estar seguros de que nuestros hijos se ríen muy comunmente. Para guiarte, ahora hemos recopilado algunos chistes para jovenes de 4 años. Son chistes cortos y simples de comprender que van a hacer gozar a los más chicos (¡pero además a los mayores!).

Como bien sabes, es considerable cultivar la risa no solo en los mayores sino además en los jovenes, ¿por qué razón? Ya que los chicos, fundamentalmente en edades tempranas, están conociendo el planeta a su alrededor y son como esponjas receptivas, oséa, recogen toda la información que esté a su alcance. Educarles desde el sentido del humor va a hacer que el todo el tiempo sea muchísimo más interesante y simple. Y, para eso, nada superior que los chistes.

Ahora exponemos algunos ejemplos de chistes para jovenes de 4 años, que puedes entrenar con tus hijos y motivarlos a que los compartan con sus camaradas de clases, amigos o familiares. ¡Vamos a gozar con los chistes!

21 chistes para niños de 4 años que harán reír a TODA la familia
21 chistes para niños de 4 años que harán reír a TODA la familia
21 chistes para niños de 4 años que harán reír a TODA la familia

1. ¿Qué le dice un gusano a otro?
– Me voy a dar una vuelta a la manzana.

2. En el colegio, la profesora pregunta:
– María, dime una palabra que tenga muchas O.
Y María responde:
– Goloso, profesora.
– Muy bien, María. Ahora tú, Jaimito.
El niño se queda pensando y dice:
– Gooooooooooool.

3. Van dos mosquitos en una moto y
el de atrás le dice al primero:
– ¡Para, para! Que se me ha metido una mosca en el ojo.

4. – Mamá, en el colegio me llaman distraído.
– Pepito, tú vives en la casa de enfrente.

5. ¿Por qué está feliz la escoba?
– Porque ba-rriendo.

6. Un gato caminaba por un tejado maullando:
– ¡Miau, miau!
En eso se le acerca otro gato:
– ¡Guau, guau!
Entonces el primer gato le dice:
– Oye, ¿por qué ladras si tú eres gato?
Y el otro le contesta:
– ¿Es que uno no puede aprender idiomas?

7. Dos niños intercambian experiencias:
– ¿A ti se te escapa la caca?
– No. La mía se queda donde la hago.

8. Se acerca un elefante a un autobús y pregunta:
– ¿Cuánto cuesta?
– Dos euros
– ¡Pues que se bajen todos, que me lo quedo!

9. – Papá, ¿qué se siente tener un hijo tan guapo?
– No sé hijo, pregúntale a tu abuelo…

10. – Doctor, doctor, ¿qué puedo hacer para que
mi hijo no se haga pis en la cama?
– Que duerma en el baño.

11. – ¿Cuál es la última letra del abecedario?
– La O.
– ¿No es la Z?
– Claro que no. Si no, sería ‘abecedarioz’.

12. La madre de Jaimito está hablando con una amiga y le dice:
– Pues a mi hijo Jaimito le gusta mucho bailar y cantar y de
mayor quiere dedicarse a una de esas dos cosas,
pero no sabe cuál elegir.
A lo que la amiga le contesta:
– Pues yo creo que debería elegir el baile.
– ¿Por qué? ¿Le viste bailar?
– No, ¡pero le he oído cantar!

13. Un pez le dice a otro:
– ¿Qué hace tú papá?
Y el otro le contesta:
– Pues nada, ¿y el tuyo?
– Nada también.

14. – Me voy dos semanas de viaje.
– ¡Ah, qué bien! Pues no te olvides de escribir.
– Espero que no, con lo que me costó aprender…

15. ¿Qué le dijo una pulga a otra pulga?
– ¿Vamos a pie o esperamos al perro?

16. ¡Estoy cansado de que todos hablen a mis espaldas!
– Pero si usted es taxista…
– ¡Ah! Es verdad.

17. Un niño llega al parque, se le acerca un amigo y le dice:
– ¡Tienes puesto un zapato marrón y otro negro!
Y el niño le contesta:
– Y eso no es nada, en mi casa tengo otro par igualito.

18. Están dos tomates en el frigorífico y le dice uno al otro.
– ¡Ufff, qué frío hace!
Y el otro le responde:
– ¡Ahhh, un tomate que habla!

19. Van dos ratitas paseando por la calle, cuando
de repente pasa un murciélago por encima:
– ¿Qué es eso? – pregunta una.
– Mi novio, que es piloto.

20. Están dos piojos en la cabeza de un
señor calvo, y uno le dice al otro:
– Alfredo, vámonos de aquí que este
terreno ya está pavimentado.

21. Dos compañeros de clase hablan en la calle tras un examen.
– ¿Qué tal te ha ido el examen?
– Muy mal, lo he dejado todo en blanco.
– ¡Madre mía! ¡Yo también! Seguro que el profesor
pensará que hemos copiado.

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